Marta Minujín: "En otra vida fui un hada"

Quince preguntas al hilo a la reina del arte pop. ¿Cuál es su medicamento preferido? ¿Qué tiene en la heladera? ¿Es fóbica? ¿Cómo sería su tumba?

El comprador de su última instalación en Buenos Aires debía decidir si guardar la pieza intacta o romperla para quedarse con un perfume y un dibujo realizado por la artista.

¿Qué opina usted de ser la primera celebridad entrevistada en esta sección?

–Que es justo.

–¿Cuál es su medicamento favorito? ¿Por qué?

–Melatol. Me regulariza el sueño.

–¿Cuántos televisores tiene en su casa? ¿Recuerda las marcas? ¿En qué lugar de su casa se encuentran?

–Tres. Philips. En mi dormitorio, en mi escritorio y en mi sala de gimnasia.

–¿Cuánta plata tiene en este momento en el bolsillo?

–10 centavos.

–¿Qué tres productos no pueden faltar en su heladera?

–Palta, leche y yogur.

–¿Qué tres cosas no deberían faltar en el Paraíso?

–Perfume, agua y amor.

–Si pudiera firmar un pacto con el diablo, ¿qué le pediría a cambio?

–Eterna juventud.

–¿Qué opina usted de la expresión “es mejor ser lindo que ser bueno, pero es mejor ser bueno que ser feo”?

–Es una pregunta que no entra en mi cabeza.

–¿Qué cree que fue usted en una vida pasada?

–Hada.

–¿Es fóbica? ¿A qué?

–Sí. A las multitudes.

–¿Cuándo fue la última vez que lloró? ¿En qué circunstancias?

–No me acuerdo.

–La vida es arte y color. ¿Qué es la muerte en clave pop?

–Arte y color.

–¿Qué situaciones le hacen bajar un cambio? ¿Cuándo y cómo fue la última vez que se dio cuenta de que estaba haciéndolo?

–La violencia. Todos los días, cuando manejo, veo disturbios callejeros.

–¿Cómo se imagina su tumba?

–No tumba, sino cenizas arriba de una montaña altísima.

– ¿Qué opina de Bobby Flores, nuestro siguiente entrevistado?

–Vivo en otro planeta. ¡No sé qué contestar!

Marta Minujín (Buenos Aires, 1943) es la reina del arte pop. Este año expuso en París, Vancouver y Cali y animó un debate en la Bienal de San Pablo. Su última presentación en Buenos Aires, en la muestra South Limit/Límite Sud a fines de octubre, incluyó una instalación con 200 botellitas de yeso con su cara como tapa. El comprador debía decidir si guardar la pieza intacta o romperla para quedarse con un perfume y un dibujo realizado por la artista.

Fuente: Diario Crítica.