Una mujer logró que otra mujer deje de lado mohines y clishés y se meta en la piel de otra persona. Es decir que una actriz consiguió que otra actriz sorprenda, como hace mucho no lo hacía, sobre un escenario. Leonor Manso como directora saca lo mejor de Florencia Peña en “Frankie y Johnny en el claro de luna”, porque la transforma en una pobre tipa a la que le cuesta ser feliz. Una mesera con un pasado oscuro que busca algo más en la vida que ese cocinero que quiere enamorarla con frases de Shakespeare mientras le prepara un omelette.Del gran actor que es Luis Luque no hace falta hablar. Su patético galán tiene todos los recursos de un tipo desesperado y uno le cree cada gesto y cada palabra.Los actores son lo mejor de este texto de Terrence Mc Nally, con producción de Daniel Grinbank para el teatro Picadilly, pero no alcanzan. La obra que conocimos en el cine protagonizada por Al Pacino y Michelle Pfeiffer es demasiado chiquita, casi un paso de comedia dramática y sin el aire de los personajes secundarios, ni el barsucho donde ambos trabajan, encerrada en ese monoambiente de ese pequeño escenario para la puesta teatral, suena a poco. Pero también a honesto.
Fotos:web
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