Finalmente, el juicio que amenazaba con ventilar los detalles más escabrosos de la vida sentimental de Woody Allen se ha quedado a las puertas de su estreno. A pesar de que este lunes debían empezar las audiencias en torno a la demanda que el director interpuso a la firma de camisetas American Apparel por utilizar publicitariamente su imagen sin autorización, todo ha quedado en nada tras llegar a un acuerdo con el dueño de la empresa, el magnate del mundo textil, Dov Charney.El director neoyorquino, según publica The Guardian había exigido en la demanda que se le pagaran unos derechos de imagen de diez millones de dólares al darse cuenta de que una imagen antigua suya se había utilizado en una campaña en vallas publicitarias de Nueva York y Los Ángeles. Sin embargo, el tema se ha cerrado con la paga de mitad de lo que exigía Allen."Me han dicho que el acuerdo de cinco millones de dólares que recibiré es el más cuantioso que jamás se ha pagado en Nueva York por violación de privacidad", ha dicho Allen a la salida del tribunal de Manhattan donde iba a comenzar el juicio, según cita el New York Times.Con este acuerdo, se pone fin a la polémica a la que dio comienzo American Apparel tras enterarse de la demanda de Allen. Y es que, cuando supieron que irían a juicio, los abogados de la empresa pusieron en su lista de posibles interrogados a Mia Farrow, ex pareja de Allen y a Soon Yi Previn, la hija adoptiva de ambos, que más tarde se convirtió en la mujer del director.En su momento, los abogados de American Apparel explicaron que, mediante las declaraciones de ambas mujeres, pretendían demostrar que la imagen de Allen no valía tan cara como el director quería cobrar, ya que la polémica en que se vio envuelto cuando finalizó su relación con Farrow le restaba varios millones a su imagen.
Fotos:Web
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