martes, 19 de mayo de 2009

Norma Aleandro da clase con “Agosto”


El Lola Membrives lleno, incluyendo el pullman. Muchos amigos y conocidos. En el escenario, la maestra: Norma Aleandro da clase de teatro de comienzo a fin en esta obra de trece personajes, con una duración de tres horas con intervalo de diez minutos.

Se luce y hace lucir a sus compañeros en un personaje central que le permite un despliegue de recursos que obliga a la ovación final.Con adaptación de Mercedes Morán (bien a la argentina) del texto de Tracy Letts, “Agosto” (ganadora de cinco premios Tony) transcurre en los Estados Unidos, en el Condado Osage, pero podría ocurrir en cualquier pueblo de cualquier país del mundo (o de casi todos) en una familia que vuelve a reunirse a partir de la muerte del padre.

Las hermanas “de la casa de madera”, la hija mayor (fantástica Morán, a imagen y semejanza de lo peor de su madre y de su padre, en pleno divorcio de su marido y con una hija adolescente difícil de manejar); la del medio (muy creíble Andrea Pietra, en la hija que queda a cargo de los padres) y la menor (excelente Eugenia Guerty como el tiro al aire, casi a su pesar) confluyen ante esa madre adicta a las pastillas que destila veneno y dolor por partes iguales.

Impagable está Lucrecia Capello como su hermana (dueña de secretos familiares) casada con un tipo que pesa poco, pero aguanta mucho (Antonio Ugo) y con un hijo que desprecia (Esteban Meloni). Horacio Roca y Julieta Zylberberg están muy bien en sus roles familiares de ex marido de Morán e hija, y muy bien también Fabián Arenillas, como un cuñado de dudosa prosapia. Juan Manuel Tenuta abre la historia con un monólogo a su medida.

Gabo Correa en un rol menor y Mónica Lairana, testigo silenciosa del drama de los demás, mantienen la calidad actoral pareja de una historia que Claudio Tolcachir dirigió con mano sabia, al dejar fluir lo mejor de sus interpretaciones, riesgosas en algunas escenas que juegan al borde del ridículo.

El humor negro, la ironía y las escenas que se suceden en los distintos rincones de la casa (un diseño “de juguete” muy bien armado por René Diviú) hacen que el espectador siga la trama que no decae, mientras va deparando sorpresas.Una producción de Daniel Grinbank que, sin lugar a dudas, será un éxito en la calle Corrientes.
Fotos: web.

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