martes, 17 de junio de 2008

CONTINUA "SUCIO" EL EXITO TEATRAL DESDE EL 2007


SINOPSIS
Hay hombres que son como chicos. Hay hombres que son como chicos ciegos. Hay hombres que son como chicos ciegos mirando un espectáculo de fuegos artificiales. Tres hombres solos en un lavadero automático. Tres hombres que a veces hablan, a veces cantan canciones, a veces no saben qué hacer con sus vidas. Un hombre que hizo que su mujer se acostara con su padre, otro que de chico fue obligado por sus vecinas a grabar un video porno, otro que encuentra en una canción la forma de contar su vida. La obra dura lo que tarda en lavarse un canasto de ropa sucia.
TRATAMIENTO
La obra surge del trabajo colectivo entre los actores Carlos Casella, Juan Minujín, Guillermo Arengo y los directores Ana Frenkel y Mariano Pensotti. Partiendo de la idea de investigar tópicos de lo masculino a través de un cruce de disciplinas que incluyen la danza, el teatro, la literatura y la música, la obra se centra en la construcción de un mundo particular atravesado por el humor y la soledad.

Actúan
Guillermo Arengo
Carlos Casella
Juan Minujin
Dirección
Ana Frenkel
Mariano Pensotti
Música original
Diego Vainer
Escenografía
Ariel Vaccaro
Luces
Gonzalo Cordova
Vestuario
Guido Lapadula
Asistente de dirección
Julian Petrucci
Sonido
Gonzalo Berdes
Producción ejecutiva
Paula Baró p/ Tónicas
Producido por
Arengo – Casella – Frenkel – Minujin – Pensotti

LA CRITICA DEL DIARIO LA NACION
DEL COLEGA CARLOS PACHECO, DECIA LO SIGUIENTE:
Nuestra opinión: muy buena

El ámbito elegido para desarrollar esta experiencia es un lavadero automático. Allí se cruzan tres hombres, de apariencias muy distintas. Y mientras la ropa, dentro de las lavadoras, va desprendiendo suciedad a la vez que se mezcla con otras, esos seres irán desprendiéndose de ciertas angustias que cargan mientras se relacionan, se conocen, se animan a compartir algo de sus vidas. El espectáculo, en el que se combina teatro, danza, música, canto, narración y una muy cuidada imagen, está construido a partir de pequeños fragmentos de un fuerte valor testimonial. Cada uno de los personajes tiene su momento y en él deberá expresar algo muy doloroso pero, con una intensidad tal, que posibilite al espectador tomar contacto con un mundo privado de un fuerte dramatismo.

Uno de ellos (Guillermo Arengo) de pequeño fue obligado a filmar un video porno con dos vecinitas; el segundo (Juan Minujin) le pidió a su mujer que se acostara con su padre cuando murió su madre; el tercero, a través de una canción, expone su desazón ante un amor que ya no está a su lado ("Siempre te amé/ te estoy deseando, amor./ A ti, querido, te amo/ siempre, siempre te amaré", dice ese tema en el final).

Tres realidades que los definen, los acompañan y deciden compartir para, tal vez, limpiar algo de sus conciencias; pero, en verdad, poco pueden hacer cuando la imagen que le devuelven los otros está plagada de cierto dolor, también. Poética de la piedad Desde la dirección, Ana Frenkel y Mariano Pensotti van dando forma a cada una de las situaciones con un cuidado muy minucioso, rescatando el mundo interior de esos intérpretes, de tal manera que sus relatos resulten siempre develadores y muy movilizadores de la acción.

Cada palabra, cada pequeña acción o gesto tiene un valor preciso y amplía las referencias sobre la realidad de cada personaje. Ayuda a conocerlos y a comprenderlos más. En lo interpretativo cada actor tiene un momento de fuerte trascendencia: la escena de Guillermo Arengo frente a una pantalla de televisión, por ejemplo; el juego sexual de Carlos Casella con un oso de peluche grande; el primer relato de Juan Minujin cuando cuenta una película o el segundo, en el que aparece la historia entre su mujer y su padre, todos son de una profundidad admirable.
Y, más allá de que expresen una fuerte soledad, desesperación o violencia, hay en ellos una intensa marca poética que permitirá que el espectador no los critique por todo eso que dicen o hacen, sino que sienta una fuerte piedad. Es muy destacado también el trabajo desarrollado por Gonzalo Córdova en la iluminación, Ariel Vaccaro en la escenografía y Diego Vainer en la música.
ARGENSHOW RECOMIENDA ESTE ESPECTACULO,
VIERNES Y SABADOS 23 HS. EN TEATRO EL CUBO, EN EL BARRIO DE ABASTO.

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