NATALIA OREIRO
DISEÑADORA CON ESTILO Y PASION.
Actúa, canta, baila, conduce un programa de ecología, puso una marca de ropa y también barre. Sí, barre. En jean recto, remera rayada, botas y escoba, Natalia Oreiro pide disculpas, mientras despide unos gramos de polvo que se juntaron en el piso de su taller de ropa en Villa Crespo, producto de unas reformas en uno de los cuartos.
Deja la escoba y busca un trapo para pasarle a la mesa de vidrio. Con las tareas terminadas ofrece té o café, que también prepara. A diferencia de la Mujer Maravilla, la multifacética Oreiro no necesita tiara telepática, brazaletes protectores ni lazo mágico con estrellas para vérselas con todo. Ahora que tenés tu marca de ropa, ¿también cosés? Me gusta, pero no lo hago en forma sostenida. De chica me cosía casi toda la ropa y mi hermana, Adriana, me ayudaba. Siempre decíamos que íbamos a crear una marca.
Entonces, son mujeres de palabra... Las Oreiro era un sueño compartido.Me separé de mi familia a los 16 años, cuando vine a Buenos Aires desde Uruguay. Siempre extrañé a mi hermana y ésta es una oportunidad para estar juntas. Pero la diseñadora es ella, yo soy una atorranta (se ríe) que se tira a la pileta y rema con pasión. ¿Les gusta el mismo tipo de ropa? Mi hermana tiene una onda Marlene Dietrich y yo soy más como Rita Hayworth. Ella es elegante enlas combinaciones y los cortes, y a mí me gusta todo lo que es sexy, voluptuoso, que marca la cintura. No somos alternativas, ni modernas. Preferimos los diseños retro.
¿Padeciste alguna vez el 'no sé qué ponerme' o el 'nada me queda bien'? Todos los días. Cuando me termino de bañar y me paro frente al ropero, no tengo nada. O tengo demasiado y siempre uso lo mismo. Dudo, pero cuando decido soy muy segura. Me da igual ir a una fiesta con un jean que con un vestido de noche. ¿Viste que hay gente que siempre está "ni" por miedo a desentonar? Yo no. ¿Hay algo que nunca usarías? A ver... (piensa). Se me ocurren los pantalones chupines, pero no porque no me gusten, sino porque no me entran.
Habla con seguridad y entusiasmo. La reina de los accesorios que agotó todas las combinaciones de lentes de sol, gorritos y bufandas; que con cada nuevo disco mutó su pelo a todos los colorados posibles –desde el caoba hasta el fucsia–; que se lo platinó para El deseo y se lo oscureció para el papel de La Monita (en Sos mi vida ), usa ahora su cabello natural con unos leves reflejos dorados. ¿Es porque sos la cara de una compañía de champú (fue la elegida por Sedal, junto a Madonna y Shakira)? Me lo hice porque quise. Pero no me convence. Es muy normal. Me gusta el platinado, pero, para lucirlo, tenés que vivir maquillada. ¿Tu marido (el músico Ricardo Mollo) opina sobre lo que usás? No se mete. Además, tiene un gusto muy amplio (se ríe). Creo que disfruta mis cambios de looks. ¿Y vos le aconsejás cómo vestirse? No. A mí me gusta cómo se viste. Desde que estamos juntos usa más colores. Ese fue mi aporte.
NEGOCIOS DE FAMILIA Evaluar, equilibrar, identificar, formalizar. Según los especialistas, la lista de acciones que deben tener en cuenta los integrantes de una familia que trabajan juntos es larguísima. Natalia, sentada en una silla de diseño en el único rincón a salvo de latas y tachos de pintura, pinceles y rodillos, telas cubremuebles y plásticos cubrepisos, dice que todavía la sociedad fraterna no presentó fisuras. "Siento que tenemos que trabajar la tolerancia. A veces uno tiene más paciencia con personas no tan cercanas y cuando stás con alguien querido dejás de cuidar las formas. A mí me importa mucho la relación por encima del proyecto. Prefiero crecer menos y que sigamos siendo dos hermanas que están cumpliendo un sueño." ¿Y cómo controlás que Las Oreiro crezca, pero poquito? Eso es la parte que más me cuesta.
¿Te interesa hacer carrera como diseñadora? No. Con el tiempo quiero juntarme con mi hermana sólo a diseñar, viajar y proponer ideas. Ahora, a Las Oreiro le dedico el 85 por ciento de mi tiempo. Pero no es lo que quiero para el resto de mi vida. Me tengo que plantear de qué manera puedo organizarme para que esto no absorba mi espacio como artista. ¿Te gustaría hacer algo que todavía no hiciste? A mí me divierte la comedia y es lo que más fácil me sale. Pero también trato de hacer películas más alternativas.
Amo los desafíos y es lo que me hace feliz. Hace mucho estoy preparando un disco y es como muy experimental. Y también estoy por hacer unos cortos para internet, una especie de anti-novela. Es todo lo contrario a lo que la gente espera de mí. ¿Vas a hacer de mala por primera vez? Un poco sí. ¿Desde cuándo te interesan los temas de ecología? Ni me acuerdo. De chica criaba pollos.
Después nos fuimos a vivir a España y yo extrañaba mucho. Así que me traje una gallina al departamento de tres ambientes. Siempre me gustó mucho la naturaleza, me acuerdo de campamentos, amigos que eran evangelistas y mi familia, católica... Igual, yo no creo mucho en las religiones, creo en Dios, en la fe, en el bien y en la solidaridad. La tierra es algo a venerar, es lo que nos da de comer. Entonces, desde ese lugar, trato de hacer algo para preservarla.
Foto y fuente: Revista Viva.
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